6-Mi fuego interior

El beso estaba encendiendo dentro de mi una llama. Damon me apreto fuertemente hacia su cuerpo y corrio como tan solo un vampiro podia hacer hasta un hotel. Me beso apasionadamente en la entrada.
-Danos la mejor habitacion que tengas. -le ordeno a un hombre mayor.
El hombre nos dio las llaves. Subimos por el ascensor. Sin saber como ni cuando le desabroche la camisa y el boton de sus pantalones. Abrio la habitacion y me tumbo directamente en la cama. Le saque la camisa mientras el hacia lo mismo con mi ropa. Observe su dura piel palida, encima de un cuerpo fibrado, rozando mi suave piel. Sus labios se encaminaron por mi cuello haciendome extremecer. De repente se levanto.
-Tenemos problemas. Pronto volvere a verte.
Se fue por la ventana dejandome con la miel en los labios.
de un fuerte golpe se abrio la puerta y los ojos que me observaron eran una mezcla de deseo y rabia. Jacob ocupaba toda la puerta con sus voluptuosos musculos.
-Nessie tus padres estan furiosos. -No podia evitar mirarme de arriba a abajo, ya que tan solo estaba vestida con ropa interior.
-¿Y tu?
Me levante de la cama, mi cuerpo actuaba solo, encendido por una llama que era mas fuerte que yo.
-Yo... -titubeo.
Lo cogi de la mano y cerre la puerta detras de el. Su cuerpo realmente era un pecado. Su piel morena ardia tanto como la mia. Ese dia habia aprendido mucho y queria saciar esa llama, queria apagarla de alguna manera y siempre habia soñado con el...
Acaricie mi cuerpo con su enorme mano temblorosa, de puntillas me acerque a esos labios carnosos que tanto habia deseado besar. Sin saber muy bien como, Jacob me avalanzo hasta la cama. Besandome como si el mundo fuera a terminar, como si nadie mas existiera. Lo despoje de la unica prenda de ropa que llevaba, sus viejos tejanos gastados y observe atonita toda su masculinidad. Mientras besaba mi cuello y bajaba a mis pechos me deshice de la prenda que impedia nuestro mas profundo contacto. Me desabrocho el sujetador torpemente y sin saber muy bien como hacerlo se introdujo dentro de mi probocandome un pequeño pero placentero dolor. Mi humedad se inundo con su calor. Cuando ya estuvo totalmente dentro comenzo a moverse lentamente. Yo me pegaba desesperadamente a el, rozandome, llegando hasta lo mas profundo de mi ser.
-Para Nessie, no te muevas.
Su cuerpo vibraba encima del mio. Pare sorprendida por un segundo pero estaba a punto de llegar. Segui moviendome debajo de el hasta llegar al extasis divino. Grite su nombre enloquecida por el placer. Despues de mi, salio rapidamente y temblo ya fuera de mi cuerpo. Aun con la respiracion entrecortada me sonrio.
-¿Por que te has salido?
-Nessie no tenia ningun preservativo. ¿Y tu por que lo has hecho?
-¿El que? -pregunte inocentemente.
-¿Por que has perdido la virginidad conmigo? -Señalo la sabana manchada de sangre.
-Porque eres Jake, mi amigo, mi compañero...
Sabia que no habia actuado bien, observe sus ojos negros brillantes, como a punto de llorar.
-Esto no tendria que haver sucedido asi... -susurro.
-Lo se.
Un nudo se apodero de mi garganta y las lagrimas brotaron.
-Vistete Ness, tus padres estan a punto de llegar.
¿Pero que habia hecho? Habia desobedecido a mis padres, me habia aprovechado de mi amor platonico, Jacob que siempre me cuidaba y me complacia en todo, habia llegado a un punto que me sorprendia a mi misma. Esa no era la pequeña Nessie que todos querian.
-RENEESME... -ya oia los gritos de mi madre.
-¿Pero que habeis hecho? ¿Te has aprovechado de mi niña chucho asqueroso? -papa estaba fuera de sus casillas. Cogia a Jacob por el cuello y el no se defendia.
-Sueltalo papa he sido yo. -dije con lagrimas en los ojos.
-Pero mi amor tu no has podido, Jacob Black crei en ti. -le gritaba mi made.
-Si ha sido ella Bella, puedo leerlo en su mente aunque Jacob intente darme otra version.
Solto a Jacob  y se acercaron a mi.
-Me has decepcionado hija.
Los dos me dieron la espalda y salieron de la habitacion. Me cai de rodillas al suelo, pero Jacob fue mas rapido y me cogio al aire.
-Vamos a casa pequeña.
Sin dejar de llorar me recoste en su pecho. Ahi estaba segura de el, de Damon Salvatore.
¿O quizas de mi verdadera identidad?