Gracias a L.J Smith por crear a nuestro vampiro más sexy y rebelde...

Capítulo 14: Derrotado


Miré alrededor, aunque sentía algo muy poderoso allí, no veía nada.
-¿Nos estás buscando Salvatore? -el vampiro que intentó matarme estab en frente de mi con Anaís delante. La agarraba por el cuello.
-Deliciosa. -sonrió. Me provocó una furia que quemaba mis venas. Intenté acercarme.
-Quédate quieto o la mato delante de ti. -gruñó.
Cogí aire intentando pensar la forma de liberarla sin que le tocara un pelo. Me fijé en ella. Sus ojos estaban más abiertos de lo normal y respiraba con dificultad. Su cuerpo y ropa estaban manchados de sangre. De su propia sangre que aun supuraba de la herida.
La apartó de un empujón contra el suelo y se enfrentó a mí.
-Vamos a jugar antes un poco. Quiero ver que tan fuerte eres.
En un parpadeo me golpeó contra un árbol que se rompió con mi impacto. Estaba furioso. Me levanté rápidamente para propinarle un puñetazo que lo arrojó contra una lápida. Observé como Anaís se acurrucaba contra la lápida de Honoria. Cosa que aprovechó el otro para golpearme y darme una cuantas patadas. Devolví los golpes con todas mis fuerzas pero seguía siendo más fuerte que yo. Me lancé a su cuello y le mordí. Me cogió por el cuello y me arrancó de cuajo, arrancando parte de la carne de su garganta. Me tenía cogido, al aire, por el cuello.
-¡No! ¡No! ¡No le hagas daño! -gritaba Anaís que ahora se encontraba de pie golpeandole en la espalda. Estúpida así nos mataría a los dos. No serviría de nada.
-¡Vete! ¡Corre! -le dije con la voz estrangulada.
-No voy a dejarte aquí. ¡Suéltalo! -seguía golpeándolo con fuerza.
Estaba medio asfixiado cuando me soltó de repente. Caí al suelo golpeándome aún más. Sentía como fluía mi propia sangre. Tosí un par de veces. Levanté la cabeza para enfrentarme de nuevo y vi al tipo de rodillas en el suelo. Anaís le había clavado una especie de estaca y el tipo estaba gritando en el suelo.
-¿Estás bien? -se acercó a mi corriendo. Me secó el sudor que bañaba mi frente.
-Corre. -dije aún con la voz entrecortada.
-No sin ti. Vamos. -Intentó levantarme pero no podía, estaba muy mal herida.
-Vamos Damon ayúdame. - me cogió por debajo del brazo y me incorporó.
-¿Estás bien? -volvió a preguntarme. No le importaba como estaba ella, le importaba mi salud. Era gracioso. Yo me curaría enseguida y ella quizás no sobrevivía.
-Toma bebe. -le di de mi sangre que rechazó. -No seas tonta te curarás antes.
Bebió con cuidado, primero parecía que le repugnara pero cuando se sintió más fuerte, bebió desesperada. Estaba summergido en el placer que sentía alimentándola que no vi cuando el tipo se levantó. Se acercaba a nosotros. Yo tan solo aparté a Anaís y me pusé delante de ella.
Un dolor agudo me inundó des de el pecho. Lo miré asombrado. Me había clavado la estaca que Anaís había utilizado en su contra. No. Sentí perder mis fuerzas y mis rodillas comenzaron a doblarse.
-Damon. Damon. -podía escucharla como un susurro. Sentí el duro suelo en mi cuerpo y unas manos aferrandose a mis brazos.
-No me dejes. Abre los ojos. Mírame. -sentí con dificultad.
¿Estaba lluviendo? Sentía gotas que caían en mi cara. Finalmente me dejé llevar por la oscuridad.

.
.
.
.
.
.

El dolor me invadió nuevamente cuando sentí como mi corazón volvía a latir furioso.
-Damon despierta.
Stefan. Pero no podía hablar. Stefan ayudala. Pero no salía ni un sonido de mi boca. Concentré todas mis fuerzas y pude abrir los ojos lentamente. La claridad me cegó. Tragué saliva.
-¿Donde está? -dije pesadamente.
-No lo sabemos Damon. Creo que...-no dejé que terminara. Me incorporé y lo agarré del cuello, pero mis manos temblaban, estaba muy débil.
-No digas eso. Está viva, lo sé. Yo la voy a encontrar.
-Si no te sostienes de pie. Necesitas descansar Damon. -Elena se acercó a mí y me acarició el brazo.
-Damon casi te mata si no hubiera llegado a tiempo estarías...
-Prefiero eso hermanito a saber que está en peligro.
Me levanté muy torpemente y salí hacia la calle. El sol casi me achicharra.
-Mi anillo. -miré mi dedo desnudo.
-No te lo daré hasta que no te recuperes. -casi mato a Stefan cuando oí sus palabras, pero estaba muy débil.
Me encerré en mi habitación como un perro rabioso, destrozando todo lo que encontraba.

3 comentarios:

  1. dios!!! luna como me cortas asi!!!!11
    y que paso con anaís??? donde quedó!!!
    ashhh.... ya quiero elq ue sigue pobre damon
    ya estoy ansiosa jajajj.... bueno besotes y nos leemos pronto =)

    ResponderEliminar
  2. Luna, ¡ pedazo de capi!¿porque me dejas asi?¡ en medio de todo?
    Ya estoy deseando leer el siguiente.
    Sigue asi guapa que lo haces muy bien...

    Miles de besos....

    Bonnie

    ResponderEliminar
  3. Madre mía, pobre Damon, al fin encuentra un amor, que lo hace mas humano y lo pierde, este amor tiene que continuar, Luna.

    Besos

    ResponderEliminar