Gracias a L.J Smith por crear a nuestro vampiro más sexy y rebelde...

Capítulo 11: Fuego


Advertencia: Este capitulo puede herir la sensibilidad de algunas personas. Si sufres del corazón no leas!! Disfrutadlo!



Estaba en aquel asqueroso bar amargado. ¿Era posible que las mujeres te complicaran tanto la vida? Me pedí un wisky y me senté lejos de mi hermano y sus amigos. Se acercó Caroline, tan solo verla se me ponía los pelos de punta, era más hueca que el caucho. Comenzó a parlotear pero no escuché nada de lo que dijo, me limité a sonreir de vez en cuando para que no me molestara más de la cuenta. Sólo podía pensar en el tipo que intentaba vengarse de mí. Ahora lo tenía lejos pero tenía que aguantar a Caroline y a los otros. La chica era como un molesto sonido de fondo que no dejaba de taladrarme.
De repenté escuché un grito sofocado, tan solo lo escuchamos Stefan y yo y corrimos hasta donde provenía el grito. Vi a un vampiro rubio enganchado al cuello de una chica. Lo aparté de un manotazo y la chica cayó al suelo. Stefan la agarró antes que topara contra el duro arcén. Cogí al vampirito del cuello, se veía novato y con poca práctica.
-¡Dime quien eres!-gruñí.
-El famoso Damon Salvatore. Encantado. Te mandan saludos de España.
Volteé a ver a la chica y vi que era Anaís, inconsciente, en el suelo con Bonnie y Matt alrededor. Lo miré furioso.
-Despidete miserable. Te has equivocado de persona.
Le arranqué la cabeza y le clavé una estaca hecha de improviso de una rama de árbol.
-Damon yo me encargó. -me volvió a la realidad Stefan. El monstruo de mi interior me dominaba por completo. -Ella te necesita.
La miré. Había perdido mucha sangre pero aún le brotaba de la herida. Usé todo mi control para no lanzarme a su cuello y terminar aquella exquisita sangre. La incorporé entré mis brazos.
-Venga despierta. -ni un movimiento. Los colmillos estaban cada vez más afilados. Rasgué la piel de mi muñeca, debía de darme prisa, antes que la herida cerrara.
-Bebe. -le acerqué mi sangre a sus labios pero susurró alguna cosa antes. Acerqué mi oreja a sus labios.
-Déjame ir.
-No. -derramé las gotas de mi sangre en su boca, pero ya estaba sanando la herida. Seguía sin reaccionar pero su corazón aún latía debilmente.
-Llevémosla a casa. -Stefan salió detrás de un árbol.
Corrimos hasta la casa de huéspedes. La tumbé en la cama. Todos se amontonaron a su alrededor esperando una respuesta de su cuerpo, pero seguía sin darla. Me apoyé en la ventana y Stefan se sentó cerca de la cama. ¿Como un imbécil había logrado llegar tan cerca de mí sin darme cuenta?
Ungrito me sacó de mis pensamientos. Anaís respiraba con dificultad.
-¿Estás bien? ¿Qué le pasa?- preguntaba Bonnie.
Stefan se acercó y le tomó el pulso. Yo me quedé perplejo en el sitio.
-Dice algo. -susurraba Matt.
Afiné el oido y pude escuchar claramente lo que decía.
-No me dejes, llevame contigo.
Sus palabras cada vez eran más claras. Al fin abrió los ojos confundida. Saltó de la cama y se apoyó en la pared. Todos mirabamos atónitos. Sus ojos al fin me encontraron y relajó la postura. Poco a poco se acercó hasta donde yo estaba. Paró en frente de mí. Primero me miró a los ojos y después me cogió de la mano y se fijó en la fina cicatriz de mi muñeca. Volvió a mirarme con una expresión extraña. Sin abrir la boca se lanzó a mis brazos tan fuertemente que si fuera cualquier humano me hubiera tambaleado. Atónito aún por el abrazo le acaricié el cabello que le caía por toda la espalda. Todos desaparecieron de la habitación. Ella no dejó de abrazarme.
-Tengo miedo Damon. -susurró en mi pecho. La aparté para mirarla a los ojos llenos de lágrimas. Una de sus lágrimas se escapó de sus grandes ojos y la capturé con mis labios. Era salada. Me miró sorprendida y sin más me besó. Esta vez correspondí plenamente su beso, a la vez dulce y desesperado. Pegó su cuerpo más al mío y la apreté fuertemente para sentirla mejor. Enredó una de sus manos en mi cabello y la otra me acariciaba la cara. Sentí como entregaba su vida en ese beso. Separó su boca lentamente y sonrió.
-Gracias me has salvado la vida. -aparté un mechón de cabello de su cara sonrojada.
-Tú me la salvaste primero. -sonreí.
-Ahora ya no me debes nada. -dió media vuelta y tras sus palabras apareció como una sensación de vacío en mi pecho. La agarré de la mano y la estiré hacia mí. Volví a besarla, está vez yo con una mezcla de sentimientos rondando en mi interior. Cogí su cara entre mis manos mientras intentaba devolverle el beso con la misma pasión que ella me había dado. Bajé las manos por su cuerpo, recorriendo cada centímetro de su anatomía. Ella me imitó acariciando mi espalda sin parar. Me cansé de tanto control y me dejé llevar por el fuego que invadía, cada vez más fuerte, mi cuerpo. La respiración comenzó a molestarme, cada vez que tenía que respirar sus labios se separaban de los míos, pareciéndome una eternidad. La cogí en brazos y la llevé hasta la cama. La tumbé delicadamente sin dejar de besarla. Sus labios carnosos cada vez me invitaban más a seguir. Nuestras lenguas danzaban en un baile sin final. Dejó de besarme por un instante. ¿Qué había hecho mal? Me miró con ojos entrecerrados y se mordió el labio. Esta chica no sabía que era un pecado provocar a un vampiro. Sonrió pícaramente y intentó sacarme el jersey. La ayudé un poco. Me atrajo a su cuerpo nuevamente y nuestros labios volvieron a unirse. Arqueó la espalda y aproveche para bajarle el vestido. Sonrió en mi boca. Terminé por arrancárselo cosa que le hizo mucha gracia.
-¿De qué te ries tanto? -pregunté con la voz entrecortada.
-Había escuchado leyendas sobre vampiros pero no sabía que era cierto.-se le escapó una risa.
-No me subestimes nena, yo no soy cualquier vampiro.- levanté las cejas.
-No sé... -sonrió.- el refrán dice "ver para creer".
-¿Nunca te han dicho este? -me acerqué a su oreja, me humedecí los labios y le susurré- Quien juega con fuego se termina quemando.
Su piel se erizó.
-¿Estoy jugando con fuego? -dijo con cara de inocente y mordiéndose el labio inferior.
La besé desesperadamente y seguí recorriendo su mandibula y su cuello. Aún tenía las heridas un poco abiertas. Bajé a sus pechos para embriagarme de su dulce aroma. Su piel era fina y suave. Seguí bajando por su abdomen hasta llegar a su ropa interior. Rocé suavemente por encima de la tela que ya estaba húmeda. Sonreí. Me contemplaba burlona. Me incorporé para mirarla a los ojos. Momento que aprovecho para quitarme los pantalones. Su mirada me enloquecía. ¿Existía mujer más sexy? Como el que no quiere la cosa comenzó a bajarme el bóxer y dejó al descubierto mi masculinidad. Ahogó una risita que no pasé en alto. La miré seriamente. Se incorporó un poco.
-¿Puedo hacer algo? -asentí y me empujó contra la cama. Se sentó encima de mí.
Me besó por el pecho y volvió a mirarme. Se quitó sensualmente el sujetador y la parte de abajo y poco a poco me introdujo dentro de ella. El calor me proporcionó una maravillosa sensación. La agarré por las caderas y comencé a moverla lentamente. Se unió a mis movimientos ritmicamente. Se notaba que bailaba tremendamente bien. Nuestras caderas chocaron cada vez más veloces. No dejaba de morderse el labio. Me incorporé para besar sus pechos sin dejar de moverme a su compás. Un temblor recorrió su cuerpo y escondió la cabeza en mi hombro. Sus manos se enredaron en mi pelo y arañaron mi espalda. Me mordió suavemente en un hombro descontrolándome por completo. La giré en un movimiento rápido y me puse encima sin perder el compás de nuestra danza. El placer cada vez se apoderaba más de mi cuerpo. Se enredó más fuerte a mí, ahogando los gritos de placer. Tapé su boca con una mano y seguí más rápido hasta alcanzar el clímax. Mi cuerpo se convulsionó por el placer y el suyo terminó relajandose por completo. La apoyé en la cama y contemplé la belleza de su cuerpo desnudo. Volví a besarla y separé los dos cuerpos que se habían convertido en uno.

6 comentarios:

  1. Espero q os guste por que va a empezar un poco de acción. ¿Que pensais de Anaís? ¿Que creeis que debe de hacer Damon seguir con el trio Damon-Elena-Stefan o enamorarse de nuevo? Comenten y gracias por leer. Besotes!!

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  2. pues obvio que se va con anaís... porque si no
    pobresita de ella... además ya vimos que damon tenia un corazoncito, asique no la dejaría sola nunca, sin contar que ella es genial, porque es fantasica, segura y fuerte, de verdad la admiro, por lo que se quedaran juntos.. verdad? =/jajaj y.. quien es ese que no los deja en paz? ya lo quiero golpear en serio jajaj... bueno luna genial. ya quiero el roximo besotes y nos leemos pronto =)

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  3. Yo quiero un Damon para mi,,, me encanta este chico es tan....la mezcla perfecta seri lo mjor de Edward y lo mejor de Damon, madre de Dios lo que saldria de ahy.
    El capi genial mi niña,te encanta poner el granito de intriga y misterio eh?

    Estoy deseando leer el proximo.

    Bonnie

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  4. Gracias chicas. Sin ese granito no tiene gracia! No se si los mezclaría yo, Edward es un amor y Damon es retorcido, pero q vamos a hacerle si nos gustan las cosas dificiles. jajajajja Besotes!

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  5. UF, UN POCO DE ACCIÓN?, YO DIRÍA QUE MUCHA. TENGO UNA DUDA, LOS HUMANOS DE LOS QUE BEBE DAMON, NO MUEREN, NI SE TRANSFORMAN EN VAMPIROS?
    ENTONCES EL QUE LE PERSIGUE, COMO A CONVERTIDO A JAVI?

    BESOS

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  6. quien ha dicho que javi es un vampiro???

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